5 Estrategias Demoledoras para Comunicar tus Ideas
“Un gran discurso debe parecer sin esfuerzo, auténtico, incluso espontáneo. Pero ¿cómo hacerlo?”
Publicado el jueves, 27 de diciembre de 2018 a las 09:17
“Un gran discurso debe parecer sin esfuerzo, auténtico, incluso espontáneo. Pero ¿cómo hacerlo?”Las mejores presentaciones que he vivido siempre me han parecido aquellas que las han realizado sin esfuerzo, pero en realidad lo que he me he dado cuenta es que “sólo lo parecen”. En este post he recopilado 5 aspectos que te recomendaría poner en práctica para lograr que quienes te escuchan lo sientan de esa manera. Desde los griegos a los modernos comunicadores, tú también puedes aprovecharte de sus estrategias y ponerlas a tu servicio.
Te toca tomar la palabra. En una reunión o en un grupo mayor. En el momento de levantarte de tu silla tragas saliva y tus piernas se tambalean al acercarte al lugar desde el que debes hablar. Tu cabeza palpita. La presión se acumula en lo más profundo de ti y amenaza con escapar…
Es hora de mostrarte a los demás, y lo que sientes son tan sólo tus sentimientos más primarios. Los biólogos evolutivos nos dicen que ante algo que percibimos como una presunta amenaza, entramos en modo de lucha o huida (en inglés “fight or fly”), e iniciamos una reacción en cadena que comienza activando los centros del miedo del cerebro y termina bombeando sangre y oxígeno a nuestros músculos: Estamos preparados para la batalla o para escapar.
Si experimentas esto, no te preocupes. Es normal. Todo el mundo debería tener algo de esta sensación (en un nivel controlado) para dar lo mejor de unos mismo. Por decirlo de algún modo es un nivel de stress “positivo” que te alerta y te pone alerta para un momento importante.
Lo importante es que esta sensación no se apodere de nosotros y nos bloquee. Entonces, ¿cómo podemos mejorar esta faceta que algunos sentimos que en ocasiones se apodera de nosotros?
Los antiguos griegos creían firmemente en que todos los ciudadanos deberían estudiar cómo hablar en público y el arte de la persuasión. De hecho en su Arte de la retórica, Aristóteles lo estableció así:
- Ethos: cómo nos ganamos el respeto de nuestros oyentes
- Logos: cómo apoyamos nuestro mensaje con datos sólidos
- Pathos: cómo apelamos a las emociones de nuestra audiencia y los persuadimos de nuestro argumento
Domina estas tres piezas, y estás muy cerca de dominar la situación ya que estarás dominando los métodos de los grandes maestros.
Un gran discurso debe parecer sin esfuerzo, auténtico, incluso espontáneo.
Sí, sí eso es sencillo de decir, pero ¿cómo puedo hacerlo? Aquí te cito 5 estrategias que te recomendaría poner en práctica si deseas que quienes te escuchen así lo sientan: Seguir leyendo